jueves, 25 de noviembre de 2010

COMO PREVENIR EL BULLYING


FORMAS DE PREVENIR EL BULLYING

En la familia
 
La familia es la principal fuente de amor y educación de los niños; a partir de ella el niño aprende a socializarse basado en lo valores, normas y comportamientos enseñados en casa; evitemos que nuestro hogar se convierta en un escenario hostil o por el contrario demasiado permisivo, tenga por seguro que esto siempre llevará a que los niños adquieran conductas agresivas.
Otro papel de la familia es estar informada constantemente, hay cursos en donde se orienta a los padres sobre como mantener alejados a sus hijos del bullying; éstos se basan normalmente en el amor y la comunicación entre padres e hijos, la observación para detectar inmediatamente cualquier conducta anormal en el chico, estar al pendiente de las actividades de su hijo, la existencia de límites y normas, asi como el vigilar que se cumplan.
Estos cursos le dan atención especial a la inteligencia emocional, es decir enseñan a los padres como ayudarle a sus hijos a controlar sus emociones y comportamientos hacia los demás de tal manera que puedan convivir sanamente.
 
En la escuela
 
La disciplina que se mantenga en el salón y la escuela en general es fundamental para la construcción de una buena conducta.
Es importante la supervisión de los alumnos dentro y fuera de los salones, en los patios, baños, comedores, etc.
Establecer claramente las reglas de la escuela y las acciones que se tomarán en conductas como el bullying.
Actuar rápido, directa y contundentemente en el caso de que se presente alguna sospecha de acoso escolar.
La escuela debe estar abierta a las quejas y sugerencias del alumnado y padres de familia, se sugiere la colocación de un buzón.
Realizar cursos o conferencias para padres y maestros donde se puedas tratar temas como el bullying.
Adicionar o reforzar el tema de educación en los valores en el curso de los estudiantes.
Los maestros pueden apoyarse en los alumnos para identificar casos de acoso, deben ser muy inteligentes y saber quien puede darles información valiosa.
Instituciones gubernamentales
Asi como existen líneas gratuitas para hablar o preguntar sobre métodos anticonceptivos, depresión, el sida, alcoholismo, etc, deben haber líneas abiertas para que los niños puedan hablar y denunciar conflictos que viven dentro y fuera del hogar.
Debe haber mayores campañas para informar a los padres sobre esta situación , la forma en que puede detectarse, tratarse y prevenirse.
 
Medios de comunicación y sociedad en general
 
Los niños son muy dados a ver programas de acción y violencia y aunque no lo creamos éstos influyen demasiado en su comportamiento. Los medios masivos de comunicación deben ser más concientes de ello y controlar más los contenidos que emiten o publican.
La sociedad en general también puede ayudar a prevenir y atacar el acoso entre los niños, vigilando y no dejando pasar este tipo de suituaciones porque pensamos se trata de una simple broma.
Cuando un niño se burla, amenaza o pega a otro niño, se debe intervenir para que eso no se repita.

martes, 23 de noviembre de 2010

Bullying: Problemática transversal a nivel escolar.

Muchos casos que han salido en la prensa han llamado la atención público, debido a la forma en que el mundo escolar se relaciona, y el cuestionamiento es si la convivencia escolar se ha degradado o es la misma que antes.
Cuando se señala convivencia escolar no sólo se refiere a la relación entre pares, en este caso estudiantes sino que incluye a toda la comunidad educativa: profesores, inspectores, apoderados y entorno.
A pesar que la violencia está presente en diferentes ámbitos de nuestra vida, sin embargo cuando ésta sucede dentro o entorno al colegio, aparece el concepto bullying que proviene del inglés "bull", que significa toro. Este animal es asociado a una figura de fuerza y superioridad, que se traduce en la circunstancia de poder ejercer un predominio sobre los demás.
Al castellanizarlo lo podemos asociar a acoso escolar entre pares, hostigamiento escolar, intimidación o matonaje escolar, el cual se da en forma continua o reiterada, con acciones que implican golpear, dar patadas, hacer burlas pesadas, ignorar o “hacer ley del hielo” y que se pueden ejercer a nivel individual o colectivo hacia a un niño/a.
En cuanto cifras, hasta septiembre de 2008 se registraron 287 casos de bullying, cifra levemente inferior a las 292 situaciones que se registraron en 2007, según denuncias formalizadas en el.
Según el director de la Unidad de Intervención Temprana (UIT) de la Universidad del Desarrollo, el sicólogo Felipe Lecannelier, en su texto Violencia Escolar entre pares: Aproximaciones a la realidad nacional señala que el bullying es “una conducta de persecución física y/o psicológica que realiza uno o varios alumnos contra otro(s), al(los) que eligen como víctima de repetidos ataques, de un modo continuo, y provocando graves efectos negativos en la víctima”.
En tanto un estudio realizado en España en 2006  dice que el acoso escolar se refiere al “deliberado y continuo maltrato verbal y modal que recibe un niño por parte de otro u otros que se comportan con él cruelmente con el objeto de someterlo, apocarlo, asustarlo, amenazarlo, y que atenta contra la dignidad del niño”.
Dan Olweus, quien hizo el primer estudio relacionado a maltrato o acoso escolar, define al bullying como una “conducta de persecución física o psicológica que realiza el alumno o alumna contra otro, al que elige como víctima de repetidos ataques. Esta acción, negativa e intencionada, sitúa a las víctimas en posiciones de las que difícilmente pueden salir por sus propios medios".
Olweus en su libro Bullying at school: What we know and what we can do. Blackwell Publishing (1993) señala que este tipo de agresión puede ser directa, ya sea física o verbal o a través de gestos, pero también indirecta o relacional, causando daño a una relación social, mediante la exclusión de la víctima del grupo, esparciendo rumores mal intencionados, o presionando a que sea otro el que intimide a la víctima.
En nuestro país se han realizado algunas investigaciones por parte de organismos públicos y privados, las cuales dan ciertas luces de lo que acontece en los establecimientos educacionales sin embargo aún se requiere mayor trabajo en terreno.
El sicológo Patricio Madriaza, quien realizó un estudio conjunto para el Colegio de Sicológos de Chile, señala que los problemas actuales en nuestro país son:
  • La existencia de una cultura autoritaria, en que valida la agresión como un modo natural de resolver conflictos.
  • Crisis del sentido de la escuela, como un sistema reproductor de desigualdades.
  • Política pública insuficiente, que no ha tenido un avance significativo desde la política de convivencia.
  • Política frente al tema que no logra llegar a las comunidades escolares con planes de acción claros.
  • Equipos ministeriales con capacidades de acción reducidas.
  • Escasa formación docente en el área, escasamente se aborda a nivel universitario, formación continua para profesores.
  • Focalización del problema e intervención estudiantes, excesiva focalización en la juventud como frente del problema y no abordaje desde los primeros años escolares.
  • Escuelas sobre intervenidas en que los esfuerzos se superpones (Ej: Municipio, Escuela, Ministerio).
  • Escasa investigación sobre el tema y evaluación de impacto de los programas de intervención.
  • Docente sobre requeridos.

lunes, 22 de noviembre de 2010

El problema del acoso escolar (bullying en la extendida terminología anglosajona) se ha caracterizado hasta hace bien poco por ser un fenómeno oculto, que pese a haber estado presente desde siempre en las relaciones entre los menores en los centros educativos y fuera de los mismos, no ha generado estudios, reflexiones o reacciones ni desde el ámbito académico ni desde las instancias oficiales.
 
En los países más avanzados de nuestro entorno el acoso escolar comenzó a generar preocupación y a provocar la reacción de las autoridades desde finales de la década de los 80, siendo en nuestro país un motivo de preocupación desde hace escasos años.

 
En cierta manera ha ocurrido con este fenómeno algo parecido a lo experimentado con la violencia doméstica: hasta hace poco se consideraba algo inevitable y en cierta manera ajeno a las posibilidades de intervención del sistema penal, como problema de carácter estrictamente privado que debía ser solventado en el seno de las relaciones entre iguales, o cuando más en el ámbito de la disciplina escolar, sin intervención por parte de la jurisdicción de menores. Incluso las manifestaciones más sutiles de estos comportamientos antisociales tales como el aislamiento deliberado de un menor, exclusión o motes vejatorios han sido tradicionalmente toleradas sin más.

 
De hecho, muchos de los actos en el acoso escolar han sido - siguen siéndolo aún- frecuentemente considerados parte integrante de la experiencia escolar, inherentes a la dinámica propia del patio del colegio, como una lección más de la escuela en la que como anticipo de la vida, el menor tiene que aprender a resistir, a defenderse, a hacerse respetar e incluso a devolver el golpe. En esta manera de la lucha por la vida, los más débiles quedan con frecuencia sometidos a los designios de los matones o acosadores escolares.
El silencio de las víctimas y de los testigos, cuando no de los propios centros, ha contribuido al desconocimiento de la magnitud del problema.

 
Aún en nuestros días hay quien mantiene que las reflexiones sobre el acoso escolar son una moda pasajera. Tales esquemas revelan una clara deficiencia en el diagnóstico y en la terapia de las patologías que afectan a la comunidad escolar, falta que debe ser definitivamente corregida, pues su aceptación lleva al riesgo cierto de minimizar el problema, ubicándolo en una zona de sombras desde donde -oculto- siempre se ha mantenido, disfrutando de total impunidad. Negar o relativizar el problema es el más grave error en el que se puede incurrir.
Si la aplicación de violencia o intimidación a las relaciones humanas es siempre reprobable y debe ser combatida por los colegios, cuando el sujeto pasivo de la misma es un menor, el rigor del colegio debe ser especialmente intenso, y ello por dos motivos: en primer lugar por la situación de especial vulnerabilidad en cierta manera predicable con carácter general de los menores; en segundo lugar por los devastadores efectos que en seres en formación produce la utilización como modo de relación de la violencia y/o la intimidación. La experiencia de la violencia genera un impacto profundamente perturbador en el proceso de socialización de los menores. Los nocivos efectos del acoso en la víctima pueden concretarse en angustia, ansiedad, temor, terror a veces propio centro, absentismo escolar por el miedo que se genera al acudir a las clases y reencontrarse con los acosadores, fracaso escolar y aparición de procesos depresivos que pueden llegar a ser tan prolongados e intensos que desemboquen en ideas suicidas, llevadas en casos extremos a la práctica.

 
Estos efectos negativos afectan no solamente a quien sufre como víctima, sino también a quien los inflinge como victimario, pues a largo plazo existen altas probabilidades de que el acosador escolar asuma permanentemente ese rol durante su vida adulta, proyectando los abusos sobre los más débiles en el trabajo (mobbing) y/o en la familia (violencia doméstica, violencia de género. Por ello se ha podido decir que este tipo de acoso debilita los cimientos de la sociedad civilizada. El intimidador aprende a maltratar, comienza a sentirse bien con el papel que refuerza disocialmente su conducta, convirtiéndose, muchas veces, en la antesala de una carrera delincuencial posterior. Si los intimidadores no reciben rápidas y enérgicas valoraciones negativas a su conducta, y respuestas firmes de que no van a resultar impunes, y/o si son "recompensados" con cierto nivel de popularidad y sumisión entre los demás compañeros, el comportamiento agresivo puede convertirse en una forma habitual de actuar, haciendo de la dominación un estilo normalizado en sus relaciones interpersonales.

MITOS Y MALENTENDIDOS


• El bullying es cualquier tipo de agresión en la escuela. El bullying es sólo un tipo de agresión dentro de muchas otras que también existen en la escuela.

• El bullying es un problema exclusivo de los estudiantes. Existen situaciones al interior de la escuela donde hay asimetría de poder y hostigamiento sostenido, donde no están exclusivamente involucrados estudiantes, como es el caso del hostigamiento sostenido de profesores a estudiantes por ejemplo.

• No existe bullying  en los colegios. Se suele creer que algunas de las expresiones de bullying son sólo juegos o chistes entre estudiantes. Sin embargo, la intimidación no es un fenómeno nuevo y existe en todas las escuelas. Muchos de los que ya somos mayores recordamos cuánto molestaban, hostigaban e intimidaban permanentemente  a  algún compañero o compañera por su físico, por tener rasgos afeminados, por su retraimiento, por mostrar dificultades en sus habilidades sociales, por raramente lograr defenderse a sí mismo, etc.

• Las características físicas son las que explican el bullying. Un  o una estudiante no se transforma necesariamente en víctima por poseer ciertas características físicas, como el sobrepeso, usar anteojos, vestirse diferente, hablar dialectos. El bullying es producto de un tipo de relaciones donde a un sujeto se le marca la ausencia de una característica o condición esperada o la presencia de otra que no es socialmente valorada. Una vez que una víctima ha sido elegida, cualquier característica puede ser utilizada para hacer operar el bullying.

• El  bullying forma parte del crecimiento. Se cree que te enseña a enfrentar mejor la vida, que favorece  la construcción del carácter y la personalidad. Te ayuda a ser más fuerte y tienes que aceptarlo. Muy por el contrario, el bullying puede derivar en trastornos de personalidad muy severos.

• Algunos padres  suelen recomendarle a sus hijos o hijas: "pégale un combo, así nunca más te va a molestar"; "ignora el hecho y te van a dejar tranquilo (a)"; "no acuses a los intimidadores porque te van a molestar más". Estas sugerencias lo único que hacen es reforzar y mantener el bullying en las escuelas.

• Algunos estudiantes suelen decir: Yo nunca intervengo en los problemas de mis compañeros o compañeras; ellos/as tienen que aprender a solucionar sus problemas solos/as; si me meto me van a intimidar también a mí.  No intervenir es un rasgo muy poco ciudadano, irresponsable y poco solidario.

• Hay quienes atribuyen el bullying a causas que no están científicamente probadas: "sólo los niños/as que asisten a colegios/ clases numerosas sufren de intimidación", "el bullying es propio de colegios pobres"; "la competencia por las notas es una de los causantes de la intimidación; "algo debe estar haciendo para que lo/la  molesten". "Quizás se lo merece". Todas son creencias que la investigación ha desechado oportunamente.

CIFRAS DE BULLYING




En Chile existen algunas investigaciones que muestran el panorama nacional sobre bullying. La última encuesta nacional de violencia escolar, que realizó el ministerio del Interior de Chile en el año 2007, indicó que:
  • El 10,7% de los estudiantes reportan haber sufrido bullying de parte de sus compañeros, presentándose un 7,6% en colegios particulares, un 9,8% en subvencionados y un 12% en municipales.
Una encuesta mundial que realizó la OMS sobre violencia y salud de estudiantes de entre 13 y 15 años, en la cual participó Chile, indicó que:

  • un 42% de las mujeres y un 50% de los varones reportan haber sufrido bullying en los últimos 30 días, en un contexto en que el reporte de los demás países  fluctuaba entre el 20 y el 65%.

¿que es el buying escolar?

El acoso escolar (también conocido como hostigamiento escolar, matonaje escolar o, incluso, por su término inglés bullying) es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado. Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es el emocional y se da mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares. Los protagonistas de los casos de acoso escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia (12-13 años), siendo ligeramente mayor el porcentaje de niñas en el perfil de víctimas.
El acoso escolar es una forma característica y extrema de violencia escolar. 

El acoso escolar es una especie de tortura, metódica y sistemática, en la que el agresor sume a la víctima, a menudo con el silencio, la indiferencia o la complicidad de otros compañeros.

Este tipo de violencia escolar se caracteriza, por tanto, por una reiteración encaminada a conseguir la intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder en tanto que es ejercida por un agresor más fuerte (ya sea esta fortaleza real o percibida subjetivamente) que aquella. El sujeto maltratado queda, así, expuesto física y emocionalmente ante el sujeto maltratador, generándose como consecuencia una serie de secuelas psicológicas (aunque estas no formen parte del diagnóstico); es común que el acosado viva aterrorizado con la idea de asistir a la escuela y que se muestre muy nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana. En algunos casos, la dureza de la situación puede acarrear pensamientos sobre el suicidio e incluso su materialización, consecuencias propias del hostigamiento hacia las personas sin limitación de edad.